Nieve, clima y contradicciones


A bombo y platillo, es decir, a frío y nieve, y con siete fechas de adelanto, decidió este año lanzarnos su ahí llego, ahí voy llegando, el invierno, justo cuando el mes a punto estaba de cruzar el umbral de entrada a su segunda quincena, en el horizonte ya las navideñas fiestas. A frío y nieve, y vaya que sí, con toda la contradictoria mezcla de fascinación y riesgo, incomodidades y belleza – la mala pata del resbalón y el corte de carretera cabe las infantiles o no tan infantiles pelas a bolazos o el clic de la cámara fotográfica a la caza de la imagen más pintoresca - que comporta siempre la blanca precipitación cuando se muestra tan pródiga y copiosa cual ayer se mostrara. Tan contradictoria, por cierto, como nos sospechábamos que iba a resultar y a lo que parece, por desgracia, va a ser la cumbre del clima que ya se desarrolla en un Copenhague donde también nevó ayer, con los países ricos y los pobres (y los que en mayor o menor grado se lo hacen) a la greña – protocolo de Kioto y obligatoriedad legal de las reducciones de emisiones sí o no – sobre el cómo conseguir el nada fácil objetivo, dado como somos (yo, yo, yo y nada más que yo, se trate de individuos o de naciones) de alcanzar un equilibrio – quién, cómo, cuándo y, qué demonio, naturalmente, cuánto - entre intereses y, no rehuyamos el término, justicia, claro que sí, en lo que sería un nada habitual ejercicio de corresponsabilidad compensada. En fin, que ya veremos lo que sale… si sale algo: crucen los dedos.
Publicado en Columna Cinco Grupo El Día el martes 15 de diciembre de 2009. Foto JAG

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