Esas otras noticias



Con el regusto aún del navideño mazapán en el paladar y a la espera de que, a ya nada, lo suceda el trasegar de las tradicionales doce uvas, y en tanto pelea, a lo que se va viendo con todas las de perder, con el resfriado que ha venido a amargarle la calma posfestera, se asoma el columnista vía Internet al mismísimo mundo mundial para rastrear - por si no comentarlas, al menos dejar de ellas mínima reseña - algunas de esas “otras” noticias de amable cariz, que también, qué demonios, se dan, entre la barahúnda de miedos, amenazas y malas nuevas que, junto a chismorreos y políticos dimes y diretes, pueblan tan a tope el aquí estoy informativo. Y vaya que las hay: ahí andan, por ejemplo, buenas gentes que dedican parte de su tiempo a registrar los aún, pese a todo, idílicos sonidos de un amanecer campestre; y en Estambul finalizaron ya los trabajos de restauración de Santa Sofía, cuyo esplendor y belleza figuran entre sus más preciados recuerdos desde que por primera vez la visitara; y, pese a todas las dudas que la experiencia le hace tener a cualquiera sobre la eficacia de la mayor parte de los internacionales acuerdos, ahí está esa por fin entrada en vigor el pasado 23 de la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas… Y es que así, con ellas en la pantalla del ordenador, vaya si no le resulta más fácil teclear lo que en realidad quiere hoy transmitir en su semanal entrega: el más sincero deseo para todos de un nuevo año lo más feliz posible.
Publicado en Columna Cinco, Grupo El Día, el martes 28 de diciembre de 2010. Foto de AI tomada de internet

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