Literatura y TV
Dado que este columnista no está apuntado a Canal Plus no habrá podido comprobar anoche – a menos que finalmente recurra, que lo está pensando, a pedirle al vecino que le deje compartir sofá y pantalla tal y como fuera socializadora costumbre en este país en aquellos primeros años, parece que hubieran pasado siglos, del comienzo por nuestros lares de las emisiones televisivas – en qué medida la puesta en imágenes de “Crematorio”, la en verdad que espléndida novela que Rafael Chirles nos regalara hace cuatro años, ha conseguido o no traspasar el espíritu testimonial y profundamente ético de una obra tan literariamente apoyada en el puro lenguaje a un decir tan diferente cual es el visual, pero confía en que la fuerza interna no ya de la historia, sino de sus personajes, en especial ese Rubén Bertoméu, tan profunda y próximamente contradictorio, al que ha prestado carne y voz José Sancho, transparenten cuanto de complejos tienen por y sobre encima de la circunstancia de que el panorama