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Mostrando entradas de julio, 2010

Lugar de la palabra

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Desde ayer lunes y hasta el próximo jueves la localidad conquense de Priego vuelve a convertirse - como cada año desde hace diez, mediado julio – en “lugar de la palabra”. Benéfica culpable, la nueva edición de esos cursos de verano en torno a la poesía que en ella propulsara el escritor Diego Jesús Jiménez a quien de manera tan descarada el columnista acaba de robar la entrecomillada expresión; unos cursos que desde entonces han venido haciendo que, cada estío, la palabra, la palabra poética, plante jubilosa tienda cabe el límpido discurrir del serrano Escabas. Lo hizo cada vez que su citador se lo requirió y vuelve, ha vuelto a hacerlo, en esta primera convocatoria tras su fallecimiento, dispuesta a seguir con la tarea que él le encomendara. Por eso ha acudido de nuevo, fiel a su compromiso, para convertir, una vez más, a la villa en punto de encuentro de creadores y estudiosos, esta vez convocados en torno – merecido homenaje, desde luego, pero ante todo estricta justicia – a la pr

Casi vacaciones

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Amable dice el poeta Amador Palacios - con el que, con él y con su mujer, tuvieron el columnista y su esposa el placer de compartir el fin de semana - que nos está entrando el verano por más que algunas previsiones meteorológicas (otras, en cambio, difieren) hablen de que se nos avecina un estío más caluroso y seco que el del pasado año por estas nuestras tierras centro-peninsulares. Allá se verá, pero, desde luego, los que vaya si resultaron amables – es decir, afables, complacientes, afectuosos y dignos de ser amados, que dice el diccionario – fueron los momentos vividos y el trato recibido esos días, de los buenos ratos de charla en su recoleto y umbroso refugio en las cercanías de Alameda de Cervera a las rutas por los manchegos predios, del rumoroso oasis de Ruidera – tras el sordo fragor de El Hundimiento la calma serenidad vespertina de la laguna San Pedra, la silueta de las fochas contra el cañamazo de carrizos, juncos, espadañas y masiegas, la sospecha de la boga y el barbo b

Optimismo, señores, optimismo

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Toma ya: ¿no le pedían los socialistas a don Mariano un discurso positivo? … Pues ahí lo tienen, que ya me dirán si no lo es soltar, ante un auditorio tan serio cual debe ser ése del Forum Europa, que, a pesar de que considere que don ZP lo está haciendo todo tarde y mal, nuestra productividad ha mejorado, las familias han doblado su tasa de ahorro, las empresas han reducido su endeudamiento, y nuestra economía, más allá de los problemas, es sólida… ¿Eh?, ¿qué me dicen? ¿no se les ensancha el ánimo?; ¿no se les despeja el horizonte?. Venga, déjenle al columnista aferrarse al optimismo, ¿qué les cuesta? Si a lo mejor resulta que lo que sonaba imposible no lo es… Por ejemplo, ¿no tienen ahí al propio PP a punto de conseguir lo que hasta ahora nos parecía inconciliable, que los intereses de trabajadores y empresarios vayan de la mano? ¿Qué dicen?, ¿que no? Hombre, no me sean derrotistas; ¿cómo pueden decir eso? ¿No afirma su secretaria general, doña María Dolores, que su partido – apelan

Arrimar el hombro

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Nosotros - ya sabéis, los de a pie - ya hemos cumplido o vamos, vaya que sí, a cumplir (o a seguir cumpliendo que ya me dirán si nuestros ahorrillos, mordidos por comisiones e intereses, tienen o no que ver con la estos días bien probada solidez en la europea carpa de nuestros bancos). Que sí, que hemos y vamos a cumplir; no voluntariamente, desde luego, ni de buena gana pero, toma ya si no vamos, paganos una vez más, a poner nuestro grano – o nuestro saquito, qué demonio - de arena para solucionar ese berenjenal de cuya génesis maldita sea si tuvimos arte ni parte, que ésas – la mala arte, la aviesa parte – la pusieron, fuera y dentro, otros, cual bien se sabe. Que sí, que ya sabemos lo que nos toca y claro tenemos lo que también nos va a tocar - que ahora viene lo de la reforma laboral - y con ello, qué remedio, apechugaremos y puede que – pero qué pedazos de pan, ¿no? – hasta le hallemos algún punto de justificación por aquello de a ver si se arregla la cosa; mas de verdad, de verd

Coraje

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Tuvieron el coraje de alzar la voz y - fieles al nombre escogido – romper el silencio para denunciar, desde su propia desgarradora experiencia personal durante la segunda Intifada y desde la recogida luego de otros compañeros, la actuación, entonces y aún ahora, en los territorios palestinos ocupados, del ejército, el ejército israelí, en el que sirvieron. Rompieron el silencio para que sus conciudadanos supieran; para que no pudieran, fuera cual fuera la actitud que luego adoptaran, alegar ignorancia alguna al respecto. Rompieron el silencio, llevaron sus voces a su propio Parlamento y montaron - junio de 2004 - una exposición de declaraciones y fotografías similar a la que el columnista visitaba este fin de semana en el madrileño Círculo de Bellas Artes con la oportunidad añadida de escuchar de viva voz los testimonios de esa actuación de los propios labios de dos de ellos; esos testimonios que siguen dando a sus compatriotas pero que también quieren hacer llegar a la opinión mun