¿Una muerte anunciada?
Sala de exposiciones de la Fundación CCM en Cuenca muestra en torno a la cultura en Cuenca desde el comienzo de la transición organizada por la RACAL Durante muchos, muchos años, la entonces llamada Obra Social y Cultural de la Caja – primero de Cuenca, luego de Cuenca y Ciudad Real, después de Castilla La Mancha– fue, además de propulsora de iniciativas culturales propias, el asidero económico, con sus ayudas, y estructural, con sus instalaciones –salones de actos, salas de exposición–, de muchas de las iniciativas puestas en marcha y mejor o peor sostenidas por asociaciones y colectivos de ese ámbito de la región y, en particular, ya que desde Cuenca hablamos, de nuestra provincia, en una a veces más acertada, otras menos, pero siempre meritoria labor que en teoría, tras la asunción de la entidad bancaria por Cajastur en un proceso que iba a transformarla en lo que hoy conocemos como Liberbank Banco de Castilla La Mancha, sería continuada, al menos eso creímos todos