¿Una muerte anunciada?
Sala de exposiciones de la Fundación CCM en Cuenca muestra
en torno a la cultura en Cuenca desde el comienzo de la transición
organizada por la RACAL
Durante muchos, muchos años, la entonces llamada
Obra Social y Cultural de la Caja – primero de Cuenca, luego de Cuenca y Ciudad
Real, después de Castilla La Mancha– fue,
además de propulsora de iniciativas culturales propias, el asidero económico,
con sus ayudas, y estructural, con sus instalaciones –salones de actos, salas
de exposición–, de muchas de las iniciativas puestas en marcha y mejor o peor
sostenidas por asociaciones y colectivos de ese ámbito de la región y, en
particular, ya que desde Cuenca hablamos, de nuestra provincia, en una a veces
más acertada, otras menos, pero siempre meritoria labor que en teoría, tras la
asunción de la entidad bancaria por Cajastur en un proceso que iba a
transformarla en lo que hoy conocemos como Liberbank Banco de Castilla La
Mancha, sería continuada, al menos eso creímos todos, por la en 2010 creada Fundación
CCM –transformada hace ahora un año, en
septiembre del pasado 2014, en Fundación Bancaria – ya que entre sus diferentes
objetivos, y al lado de otros fines sociales, se incluía específicamente “la
promoción, difusión y conservación de la cultura”. Sin embargo, en la verdad
del día a día esa Fundación ha ido distando cada vez más, por los menos por
estos nuestros más próximos lares, de cumplir tales expectativas y hoy por hoy
no parece que vaya a cambiar tal proceder dado que su futuro se presenta cada
vez menos claro con ese expediente de regulación de empleo para su plantilla
–ya saben, un ERE– que hay que suponer que no significa precisamente que se
busque potenciar su acción. Cabría por el contrario pensar que podríamos estar
asistiendo a la agonía de una institución que tiempo ha que ya no cumple con
sus fines pero además, al lamento por esa que garcía-marquezianamente podríamos
calificar de “muerte anunciada”, se une la
inquietud por el destino tanto de los inmuebles y locales donde desarrollaba
sus actividades, como de las obras
–dibujos, pinturas, esculturas– que conforman su más que importante Fondo
Artístico, esa colección a la que en tiempos mejores tuvimos oportunidad de asomarnos a través de muestras
itinerantes como la que bajo el título de “Creadores de los siglos XIX y XX”
ponía ante nuestros ojos sesenta dibujos de algunos de los autores españoles más
destacados de esas dos centurias –de Sorolla a Picasso o Saura pasando por
Fortuny, Miró o Benjamín Palencia– o la
que, acogida al de “De la pintura flamenca al paisaje español”, reunía cuarenta
piezas fechadas entre los siglos XV y XX, entre ellas alguna obra de El Greco, Luis
Tristán, Enrique Vera o Ángel Andrade. ¿Qué va a pasar con todo ello? ¿No
debería preocuparnos y mucho como conquenses y castellanomanchegos?
Artículo publicado en Las Noticias de Cuenca. Sección DÉJENME QUE LES DIGA. Semana del 25 de septiembre al 1 de octubre de 2015
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