Con el regusto aún del navideño mazapán en el paladar y a la espera de que, a ya nada, lo suceda el trasegar de las tradicionales doce uvas, y en tanto pelea, a lo que se va viendo con todas las de perder, con el resfriado que ha venido a amargarle la calma posfestera, se asoma el columnista vía Internet al mismísimo mundo mundial para rastrear - por si no comentarlas, al menos dejar de ellas mínima reseña - algunas de esas “otras” noticias de amable cariz, que también, qué demonios, se dan, entre la barahúnda de miedos, amenazas y malas nuevas que, junto a chismorreos y políticos dimes y diretes, pueblan tan a tope el aquí estoy informativo. Y vaya que las hay: ahí andan, por ejemplo, buenas gentes que dedican parte de su tiempo a registrar los aún, pese a todo, idílicos sonidos de un amanecer campestre; y en Estambul finalizaron ya los trabajos de restauración de Santa Sofía, cuyo esplendor y belleza figuran entre sus más preciados recuerdos desde que por primera vez la visitara; y, ...