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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Feliz 2011

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Esas otras noticias

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Con el regusto aún del navideño mazapán en el paladar y a la espera de que, a ya nada, lo suceda el trasegar de las tradicionales doce uvas, y en tanto pelea, a lo que se va viendo con todas las de perder, con el resfriado que ha venido a amargarle la calma posfestera, se asoma el columnista vía Internet al mismísimo mundo mundial para rastrear - por si no comentarlas, al menos dejar de ellas mínima reseña - algunas de esas “otras” noticias de amable cariz, que también, qué demonios, se dan, entre la barahúnda de miedos, amenazas y malas nuevas que, junto a chismorreos y políticos dimes y diretes, pueblan tan a tope el aquí estoy informativo. Y vaya que las hay: ahí andan, por ejemplo, buenas gentes que dedican parte de su tiempo a registrar los aún, pese a todo, idílicos sonidos de un amanecer campestre; y en Estambul finalizaron ya los trabajos de restauración de Santa Sofía, cuyo esplendor y belleza figuran entre sus más preciados recuerdos desde que por primera vez la visitara; y,

No seamos hipócritas

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Vaya por delante que a quien esto firma le parece de perlas que Wikileaks – y los diarios que han acogido sus revelaciones - hayan sacando a la luz pública los detalles de los sórdidos tejemanejes de los servicios diplomáticos de este nuestro universo mundo; pero, ello dicho, dejen que exprese su perplejidad por quienes tanta sorpresa muestran al respecto. De verdad, dejando aparte los detalles concretos de cada enredo, ¿son tantos los inocentes que se han realmente sorprendido de que las cosas sean así tras tanta información ya publicada – los vuelos de la CIA o la tan poco ética postura de nuestro país, gobierne quien gobierne, con la cuestión saharahui, sin ir más lejos – o, qué demonio, simplemente después de haber visto tantas películas – ya, que son ficción - sobre esos mismos sucios trasfondos? ¡Venga ya! Más bien reconozcamos que siempre lo hemos, si no del todo sabido, miren que me pongo en buen plan, por lo menos barruntado. Lo que ocurre es que mientras no lo supiéramos ofi

Aquellos héroes de papel y sueños

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Comprábamos sus cuadernillos con la soldada del domingo, los leíamos y releíamos hasta la saciedad y finalmente, mal que nos pesara, terminábamos intercambiándolos - ah, la tentación de nuevas historias! - mediante unos pocos céntimos, por otros ya mil veces manoseados en el mismo quiosquillo donde adquiríamos, si de aquélla nos había sobrado algo, el regaliz, el paloluz, el sobrecillo de cromos, o aquellas miniaturillas de coches de mal plástico que de pronto se habían puesto de moda. Sus apasionantes aventuras eran nuestra puerta abierta a la imaginación y la fantasía y sus protagonistas los mejores compañeros de nuestros ratos de asueto - ¿has hecho ya los deberes? – y de los mágicos instantes, ya en la cama, prólogo del sueño. Con ellos – Roberto Alcázar y Pedrín, Diego Valor, Mendoza Colt, el Guerrero del Antifaz o los protas de Hazañas Bélicas y Las aventuras del FBI y, desde luego, El Hombre Enmascarado y Flash Gordon (y Dale, claro, que vaya como estaba) a quien ya conocíamo

Así son las cosas

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¿Podrían ustedes subsistir con menos de noventa céntimos de euro al día? Pues así ¿viven? millones y millones de personas en este nuestro bendito planeta, la mayoría, por cierto, en el campo. Son los crudos datos del “Informe sobre la pobreza en el mundo rural 2011” del Fondo Internacional para el Desarrollo de la Agricultura de la ONU, que nos asegura que de cada diez seres humanos hambrientos, siete viven en el campo; o, si lo quieren en macro-cifras, que de los alrededor de tres mil cien millones que hoy por hoy habitan en el medio rural, más mil cuatrocientos lo hacen en pobreza extrema (con los dichos noventa céntimos) y novecientos veinticinco padecen subnutrición. Un informe que – además de reafirmar el peligro que para los agricultores supone ese cambio climático al que aún hay quienes se obstinan en restarle importancia – nos avisa de que para subvenir a las necesidades de los algo más de nueve mil millones que se calcula seremos en 2050 habría que aumentar la producción de a