La palabra
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Si por algo el hombre es lo que es, lo es, más que nada, por la palabra. Porque la palabra – esa herramienta imprescindible no sólo para comunicarnos con nuestros semejantes sino para intentar la imposible aventura de entendernos y entender cuanto nos rodea - le hizo y le sostiene. Por eso es un gozo, un verdadero, espléndido, y en buena medida inesperado, gozo encontrársela - cual por fortuna le ha ocurrido estos días al columnista –, y a despecho de tanta farfolla y vacuidad cual de habitual la aquejan, como protagonista de uno de los a la par más delicados y entrañables textos teatrales a los que, aficionado cual es casi desde siempre a las tablas, ha podido encontrarse en los últimos tiempos quien esto firma: “El diccionario” de Manuel Calzada Pérez. Protagonista no sólo por la belleza y sabiduría con la que este joven arquitecto y escritor andaluz la usa, sino por cómo fulge en su decir con toda su decisiva importancia a través de la figura de María Moliner - aquella bibli