Levantina
Luce el sol sobre las arenas de esa Malvarrosa tan afectivamente unida al siempre buen decir del maestro Manuel Vicent - aún, por cierto, en el paladar lector del columnista, el regusto de su última dominical entrega sobre la efervescente deriva independista de parte de Cataluña - cual luce también sobre una Valencia toda en la que los espectaculares alardes arquitectónicos, mejor o peor aprovechados, de Calatrava juegan más o menos inseguros futuros, en paralelo a las amenazas de momento ¿soslayadas? – que así sigan – que, PEPRI por medio, acosaran al marinero barrio de El Cabanyal, del mismo modo que en el del Carmen conviven todavía, ayer, hoy, mañana, así es la vida, solares y construcciones aún deterioradas con las ya restauradas en un dédalo urbano en el que, a su vez, codo a codo, a tres pasos de distancia, la tradición barroca de Les Roques del Corpus – La Diablera, La Fe, la Del Patriarca… - dialoga con la modernidad de las distintas exposiciones del centro cultural u