Levantina



Luce el sol sobre las arenas de esa Malvarrosa tan afectivamente unida al siempre buen decir del maestro Manuel Vicent - aún, por cierto, en el paladar lector del columnista, el regusto  de su última dominical entrega  sobre  la efervescente deriva independista de parte de Cataluña - cual luce también sobre una Valencia toda en la que los espectaculares alardes arquitectónicos, mejor o peor aprovechados, de Calatrava juegan más o menos inseguros futuros, en paralelo a las amenazas de momento ¿soslayadas?  – que así sigan – que, PEPRI por medio, acosaran al marinero barrio de El Cabanyal, del mismo modo que en el del Carmen conviven todavía,  ayer, hoy, mañana, así es la vida, solares y construcciones aún deterioradas con las ya restauradas en un dédalo urbano en el que, a su vez, codo a codo, a tres pasos de distancia, la tradición barroca de Les Roques del Corpus – La Diablera, La Fe, la Del Patriarca… - dialoga con la modernidad de las distintas exposiciones del centro cultural ubicado - espléndido contenedor - en el antiguo convento de los carmelitas descalzos: del contrastado y bien significativo tú a tú estilístico establecido entre la luminosa pincelada de Sorolla (“Mi mujer y mis hijas en el jardín”) y el bien distinto hacer tonal y dibujístico de Zuloaga (“Mis primas”) - una misma época, dos formas de entender la pintura - al escaparate de actuales desarraigos propuesto por Vicente Barón con el hierro sobre todo, pero también la resina o la escayola, en sus “Espacios del transeúnte”, pasando por la mirada retrospectiva a la trayectoria de Francisco Lozano – de la serena pincelada de sus óleos de los 40-50 del pasado siglo a la densa y tonalmente enfebrecida que agita sus obras de los 60-70, en repaso punteado de literarios comentarios sobre el hacer del artista – de Azorín a Gerardo Diego, de Rosales a Brines o Pepe Hierro -, o por la cuidada y pulcra perfección dibujística con que Cristino de Vera despliega la ingrávida, metafísica geometría evanescente del conceptual lirismo que anima los grabados y óleos de su muestra “A zaga de tu huella”. Sí, luce el sol sobre Valencia, una Valencia que, seguro, todavía, va a proporcionar al columnista, aún queda jornada, algún otro regalo.

Publicado en Columna Cinco, El Día de Castilla La Mancha y El Día Digital, el martes 25 de septiembre de 2012. Foto: escultura de Vicente Barón, de su exposición "Espacios del transeúnte".

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