Un asunto pendiente
Raro será el articulista que, como inevitable consecuencia de su asumida condición de periódico comentarista de lo que a su alrededor va pasando, no vaya coleccionando en su diaria atención a esa cotidianidad toda una serie de temas que, hayan sido o no objeto de sus textos, saltaron en determinado momento a los medios para luego, guadianescos, desaparecer durante un más o menos largo periodo, volver quizá, si hay suerte, a reaparecer y nuevamente hacer mutis; temas, hechos, anuncios, sucedidos, que van así engrosando la que cabría bautizar como su carpeta de asuntos pendientes. Una carpeta que de cuando en cuando puede que le dé por repasar e incluso puede que decida recuperar alguno de sus contenidos para, aprovechando la ventana que le proporciona su atrabiliario oficio, ponerlos de nuevo en circulación para interrogarse que qué pasa con ellos, qué cómo va, por ejemplo, si se trata de proyectos teóricamente en marcha, su desarrollo. Pues bien, a quien esto firma le ha apetecido