Casi vacaciones


Amable dice el poeta Amador Palacios - con el que, con él y con su mujer, tuvieron el columnista y su esposa el placer de compartir el fin de semana - que nos está entrando el verano por más que algunas previsiones meteorológicas (otras, en cambio, difieren) hablen de que se nos avecina un estío más caluroso y seco que el del pasado año por estas nuestras tierras centro-peninsulares. Allá se verá, pero, desde luego, los que vaya si resultaron amables – es decir, afables, complacientes, afectuosos y dignos de ser amados, que dice el diccionario – fueron los momentos vividos y el trato recibido esos días, de los buenos ratos de charla en su recoleto y umbroso refugio en las cercanías de Alameda de Cervera a las rutas por los manchegos predios, del rumoroso oasis de Ruidera – tras el sordo fragor de El Hundimiento la calma serenidad vespertina de la laguna San Pedra, la silueta de las fochas contra el cañamazo de carrizos, juncos, espadañas y masiegas, la sospecha de la boga y el barbo bajo el agua - al encuentro en El Toboso con el espíritu de Dulcinea, pasando por el pausado deambular por los sanjuaneras calles de Alcázar o las cervezas o las copas de vino paladeadas en los tomelloseros dominios de Plinio o cabe los quijotescos perfiles de los molinos criptanenses. Únanle a ello el gustazo de televisionar la agónica victoria de “la Roja” – Casillas y Villa al rescate de consuno - sobre el candado paraguayo y díganme si no le está yendo pero que de maravilla a quien esto firma el preámbulo de las vacaciones.
Publicada el martes 6 de julio de 2010 en Columna Cinco. Grupo El Día. Foto tomada de internet.

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