Felicidades, Jamete



Junto al imprescindible papel que en una región como la nuestra desempeñan las salas institucionales, las pequeñas galerías privadas de arte juegan también un más que encomiable aquí estamos a la hora de mantener su tejido expositivo. A trasmano de los grandes mercados del arte, galerías como la ciudadrealeña Aleph, la almagreña Fúcares (que un buen día, bravo por ella, hasta se lió la manta a la cabeza y sentó segunda plaza en los mismísimos madrileños lares), la albaceteña La Lisa, la toledana Tolmo o las conquenses Pilares, Jamete, La Escalera o X amor al Arte y cuantas otras, que la lista no es exhaustiva, les acompañan en el esfuerzo, siguen empeñadas, día tras día, en su nada fácil empeño de seguir ofertando a aficionados y creadores su escaparate. Bueno es recordarlo de tanto en cuando o, cual es el caso, al hilo de pretextos tan gozosos como el libro resumen que de su primera década acaba de presentar una de ellas, la citada Jamete, aunque haya venido a publicarse – ¡ay, el dinero! - con casi tres años de retraso, que hoy ya brinca los doce de existencia, durante los que, coqueta, vivaracha y pizpireta, verdadera sala de cámara para la plástica, ha prestado el singular donaire de la sencilla pero resultona gracia de su recinto a muestras, instalaciones, perfomances y propuestas multimedia en un puertas abiertas sin condicionantes a cualquier tendencia, modo o estilo. Felicidades Jamete, y gracias, a ti y a todas tus compañeras por vuestra labor. De verdad; de verdad de la buena.
Publicada en Grupo El Día el martes 2 de marzo de 2009

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