A pesar de todo


De verdad que el columnista andaba hoy dispuesto a despacharse con una entrega de lo más optimista – por ejemplo aplaudiendo el rutilante inicio de temporada enebeana de Pau Gasol o el rosario de triunfos de nuestros motoristas - o, si no, a pergeñarse un texto animosamente frívolo comentando el emtiviano show en Madrid de doña jamón ibérico Eva Longoria, conexión budapestiense incluida de la mismísima lady Gaga, pero… ¿pero cómo ponerse a ello si nada más asomarse al primer noticiario ya se topó con el mazazo y tente tieso de Marruecos a la protesta saharaui de Agdaym Izik o con la matanza originada por otro coche bomba en ese Irak de nunca arreglarse?. Sí, ¿cómo echarle unas risas a la cosa mientras los militares birmanos van a seguir con su ordeno y mando por más que hayan jugado al voto que te quiero voto, o, aunque ya casi ni se hable de ello, todo siga como sigue en Haití?. Y sin embargo, ¿por qué no? ¿Por qué no, rebelarse contra nuestras ruindades y empeñarnos en, pese a todo, buscarle a la vida ese detalle feliz que también tiene? ¿Por qué no alegrarse, por ejemplo, de cómo ese bebé parisiense salvó la vida al ser cazado al vuelo por un viandante tras rebotar en un toldo tras su caída desde nada menos que un séptimo piso? ¿O, aún más ahí al lado, de cómo ese desconocido nos echó una mano cuando menos lo esperábamos o, simplemente, de la sonrisa hoy, del vecino en el ascensor? Sí, demonios, por qué no?: reivindiquemos, a como sea, rabiosamente, nuestro derecho a la esperanza.
Publicada en Columna Cinco, Grupo El Día, el martes 9 de noviembre de 2010. Foto tomada de internet

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lo que deberíamos hacer

Hallazgos

Una llamada de atención