Pues para mí, sí
De verdad que
espero que no. De verdad que quiero creer que en ninguna reunión, mitin ni acto
de cualquier tipo celebrado en nuestro país, sea cual sea la ideología o el
modo en que unos u otros pensemos que hay que afrontar la peliaguda situación
que atravesamos, llegará a aparecer nunca pancarta alguna como las que esa
espléndida periodista que siempre ha sido
Soledad Gallego-Díaz nos señalaba el pasado domingo que se han llegado a
ver en reuniones del estadounidense Tea Party proclamando cruel y descarnadamente: “Tu hipoteca no es mi problema”. Porque, aparte
de que eso significaría que la pérdida de valores provocada por la crisis moral
que junto a la económica - de la que tanto hablamos y desde luego, que quede
claro, sufrimos, vaya si sufrimos - también nos llevamos entre manos y que hasta
puede que en buena medida esté en el propio origen de la otra (y desde luego al menos la sustenta y mantiene),
esa pérdida de valores, repito, nos habría llevado a tocar ya fondo (y ansío,
anhelo creer, quizá ingenuamente, ¿a ustedes qué les parece?, que aún no hemos llegado a tan despiadado “sálvese
quien pueda y que ése sea yo”), aparte, digo, de ello, es que incluso desde el
punto de vista más cínico estoy convencido de que, hoy y aquí, o nos apoyamos
unos a otros o el barco se nos hunde y, salvo quizás, y ni siquiera de eso
estoy seguro, el puñado de privilegiados que dispongan de yate propio para
seguir navegando – que a veces la succión… - , para la inmensa mayoría de
nosotros se acabó lo que se daba. Y por eso, hasta dando de lado la sola
personal decencia que debería llevarnos a pelear por el prójimo, por puro y
simple egoísmo propio - “cuando las barbas de tu vecino…” - vaya si no tendríamos que decir alto y claro (y,
por supuesto, actuar en consecuencia) que, al contrario del perverso mensaje de
la norteamericana pancarta, mantenemos todo lo opuesto: que esa hipoteca del de
al lado, que esos sus apuros, que esa su falta de curro o ese su desahucio, sí
que, para mí, y quiero creer que también para una gran mayoría de ustedes, si que
es, sí que son, mi problema, nuestro problema, el problema de todos y cada uno
de nosotros.
PD.- Y cambiando de asunto y a propósito de la celebración hoy martes
del Día Mundial del Medio Ambiente, déjenme añadirles a lo Forges: pese a la
maldita crisis no me lo olviden tampoco (al medio ambiente, digo).Publicado en "Columna Cinco" de El Día de Castilla La Mancha y El Día Digital, el martes 5 de junio de 2012
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