Priego, un año más

                                
                                Centro Cultural Diego Jesús Jiménez de Priego, escenario de los
                                cursos "Leer y entender la poesía"

Corría 1964 y sendos títulos de un par de jóvenes que posteriormente iban a conformarse como dos de los nombres más significativos de la lírica española de la segunda mitad del siglo XX –Diego Jesús Jiménez y Antonio Hernández – venían a coincidir en el palmarés del que en ese momento era, junto al Boscán, uno de los galardones más importantes y significativos del panorama poético español, el premio Adonais. Si el primero se lo llevaba con “La ciudad”, un libro que tras sus tres publicaciones anteriores sentaba ya las bases de las que serían luego las características de toda su trayectoria, el segundo veía distinguido con el accésit su “El mar es una tarde con campanas”, texto inicial de su obra, en una feliz concurrencia que iba a transformarse en prolongada y mantenida amistad. Cincuenta años después ambos han vuelto estos días a encontrarse, fallecido ya Diego Jesús auqneu palpitantemente vivo en su obra y en la memoria de cuantos le conocimos, leímos y continuamos leyéndole, aún por fortuna físicamente con nosotros Antonio, en la Priego que viera crecer al primero con ocasión de una nueva edición de los cursos “Leer y entender la poesía” que, propulsados por el pricense y organizados por la Universidad de Castilla La Manchs continúan celebrándose  –y que se mantengan, por Dios, pese a sus actuales problemas – en la localidad y que ya los reuniera, vivos aún ambos, en bastantes de sus anteriores celebraciones; cursos que en su convocatoria de este año dedicaban precisamente sus jornadas al estudio de la obra del segundo. Porque, tras el emotivo prólogo que el martes 30 de junio conmemoraba en la capital de la provincia, con el salón de la Real Academia Conquense de Artes y Letras como escenario, el medio siglo del Adonais de Diego Jesús con un acto en el que el propio Hernández rememoraba el paralelo camino de ambos desde aquel inicial encuentro, sus respectivos decires volvían a sonar y confrontarse los siguientes miércoles y jueves, el Escabas por testigo, de modo similar a como en la alzada realidad pricense se solapan y saludan Alcarria y Serranía, para gozo y disfrute de cuantos acudimos a la cita, tanto quienes tuvimos la fortuna además de saborear y admirar su obra, frecuentar al propio Diego y hemos gozado y gozamos del escribir de Antonio, como de quienes hasta ahora sólo se habían acercado a ellos en la lectura de sus textos o, los más jóvenes, han venido precisamente a descubrirlos en la calidez de estos días de este verano que, a lo que se ve, ha decidido mostrársenos ya desde sus mismos inicios pues eso, más verano que nunca.

Artículo publicado en Las Noticias de Cuenca, Sección DÉJENME QUE LES DIGA. Semana del 3 al 9 de julio de 2015 

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