Un ejemplo a imitar
José Luis Balbín
Pocos premios habrá tan
justamente concedidos como el Nacional de Televisión que, por unanimidad de los
integrantes de su jurado, se acaba de otorgar al veterano periodista José Luis
Balbín, el creador de, para quienes tuvimos la suerte de degustarlo, inolvidable
–y esto no va para nada de nostalgia sino de estricto testimonio– programa de debate
“La clave” que, a lo largo de una década en TVE y posteriormente durante otros
tres años en Antena 3, convirtió la que entonces llamábamos pequeña pantalla
en, cual afirma el jurado en la explicación de motivos de su veredicto, un
cierto y verdadero foro democrático de intercambio y contraste de opiniones. Un
galardón, además, que a esa su justicia añade su oportunidad como recordatorio
de lo que deberían ser y ya, ¡ay!, no son, pero que ni por asomo, salvo escasas,
escasísimas excepciones, si es que hay alguna, nuestras televisivas o
radiofónicas tertulias, vueltas en su mayoría verdaderos guirigays desmelenados
de barra de bar cuyos participantes de todo saben y sobre todo opinan pisándose
unos a otros las intervenciones y convertidos además, la mayor parte de las
veces, en portavoces de previas posturas ideológico-partidistas que nada
aportan ni en nada esclarecen de cuanto
teóricamente debaten. Qué diferencia con los respetuosos y ordenados –magistral el papel de José Luis como
moderador-conductor del debate– digo yo, dice usted de “La clave”, ámbito
siempre del no por sosegado menos apasionante intercambio no ya de opiniones,
que también, por supuesto, sino de saberes dada la condición de expertos en el
tema o temas elegidos de sus intervinientes. No vendría nada mal que, al hilo
de la concesión del galardón, alguna de nuestras benditas cadenas –desde luego
vaya si no debería hacerlo Televisión Española– rescatara del archivo y
repusiera alguno de aquellos programas para que las nuevas generaciones –si es
que aún ven la televisión, que ése sería otro tema– tuvieran oportunidad de
saber de qué va, de qué debería ir, un verdadero debate; a lo mejor, echémonos
a soñar, podría incluso servir de ejemplo a seguir, dicho sea sin, y mira que lo
siento, la más mínima esperanza, por alguna de nuestras actuales mediáticas
algarabías. Y desde luego, quien esto firma, haría obligatoria, que sus
rectores me perdonen el atrevimiento, su visionado para los estudiantes de la
Facultad de Periodismo de nuestro campus conquense.
Artículo publicado en Las Noticias de Cuenca Sección DÉJENME QUE LES DIGA Semana del 19 al 25 de junio de 2015
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