Otoño en la hoz


Ora al luminoso amparo del sol, ora bajo el beso de la lluvia en estos días de cambiante meteorología, orna ya el otoño con su sinfonía de oros, bermellones, púrpuras y aún, aquí y allá, el argénteo temblequeo del envés de las hojas que todavía perviven en la elegante verticalidad de álamos y chopos –y de modo semejante a cuanto ocurre en tantos otros paisajes a lo largo y ancho de toda la provincia– las casi ciudadanas hoces, cabe la capital, del Huécar y del Júcar, convocando a propios y extraños, incluido, desde luego, quien esto firma, a disfrutar lenta, pausada, casi ceremoniosamente, de su estos días, con tales galas ataviada, acrecentada belleza. Si en aquélla susurra el viento, a bajo risco, de hocino en hocino, impregnando de un si no es melancólico sentir el plácido estar de una geografía que al hilo de su contemplación llevara al escritor cubano Gregorio Cabrera Infante a compararla con la italiana Toscana, en esta otra por la que ahora mismo, mañana plena, encamina sus pasos el articulista tras dejar atrás el luminoso culebreo de líquidos brillos a uno y otro lado del puente de los Descalzos y continuar, más allá, sendero adelante, de una peña del Caballo con escaso hídrico espejo estos días en que, narcisa, admirarse, prende el aire, vuelto luz, el mágico estar sin estar de su caricia en las paralelas frondas de una y otra ribera entre las que el río, vuelto, a más de física realidad, presencia omnímoda, se adueña de una conciencia a la urdimbre acogida de tantas y tantas imágenes. Y así, a la par que cuanto contempla se va entrelazando con sus propios más íntimos pensamientos, terminará por decidir, inevitable consecuencia, que, dando por una vez de lado, bendita sea su suerte, sus habituales prosaicos y en demasiadas ocasiones bien poco amables temas, dedicará esta vez su semanal entrega a dar cuenta de tanta belleza como, ubérrima, le empapa, para intentar transmitir a sus posibles lectores –parafraseando lo que un día estos mismos parajes le revelaran– cómo esa hoja que ante él, en este preciso instante, está viendo caer acunada por la leve brisa que ha comenzado a hacerse sentir, es no sólo ella sino, también el propio árbol del que acaba de desprenderse y, a la par, la vida toda vibrante, gozosa, plena.

Publicado en Las Noticias de Cuenca Sección DÉJENME QUE LES DIGA. Semana del 30 de octubre al 5 de noviembre de 2015. Foto del autor.

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