Papel y digitales
Nadie puede prever a
estas alturas de la película –el debate ahí está pero siendo todavía casi más
asunto de profetas que de analistas con suficiente acopio de datos para
elaborar proyecciones fiables de posibles futuros– si la prensa, la prensa
escrita, vaya, permítanme la redundancia por aquello del mejor entendernos, será
capaz de adaptarse a los nuevos revolucionarios
tiempos o tendrá al final que decir adiós definitivamente a su tan de altibajos
salpicada historia, pero en tanto llegan o no llegan esos salvadores cambios o
esa apocalíptica despedida, regocijémonos de la vuelta a quioscos y
suscriptores de la edición en papel de este nuestro –y desde luego suyo,
lectoras y lectores– semanario que en sus páginas me acoge, tras que el maldito
coronavirus lo forzara a recluirse, y gracias, en su digital internético nicho.
Afirmado lo cual, de lo que voy a hablarles, miren por dónde, es sin embargo de
la alegría que también me han producido dos nuevas apariciones comunicacionales
pues qué caramba precisamente digitales. Dos iniciativas promovidas por
conquenses –déjenme que les exprese mi gozo por precisamente esa condición de
sus promotores, y por, además, llevarlas a cabo de manera altruista, miel sobre
hojuelas que decían nuestros mayores– que hace nada, casi sin solución de
continuidad entre una y otra –seguro que bastantes de ustedes ya las conocen o
al menos han oído hablar de ellas, se han venido a asomar a ese complejo y multiforme
universo de “la red” que ya contaba con la presencia de otras ofertas nacidas
entre nosotros pero más centradas en la información general y con
planteamientos comerciales. La primera en el tiempo ha sido la autodenominada “revista
para conquenses inquietos” ¡EA!, la segunda, bien poco
después, Los Ojos del Júcar, “la revista del celtíbero curioso”, ambas dedicadas
a temas culturales mediante el trato de una más que variada panoplia de asuntos
y puntos de vista, y ambas abiertas
tanto a la lectura online como a su descarga desde sus respectivas páginas http://eacultura.com/ y https://losojosdeljucar.com/
. Si en la primera de aúnan nombres ya tradicionalmente conocidos con los
provenientes de nuevas y más recientes hornadas, nace la segunda, según sus
propios promotores, de un grupo de jóvenes conquenses que, con el declarado
objetivo de valorizar nuestro patrimonio cultural y natural buscan conformar su
publicación como un espacio de encuentro y discusión para “evitar que nuestra
región se marchite”. Buena, más que buena noticia sin duda estos sus
respectivos aquí estamos por cuanto de posibilidades nos ofertan a todos pero,
sobre todo, por cuanto representan de esperanza por su espíritu de
emprendimiento e iniciativa. Bienvenidas sean ambas aventuras y que sigan, que sigan
dándole al callo que vaya si no se lo vamos a agradecer.
Artículo publicado en Las Noticias de Cuenca (edición en papel y en digital) el viernes 12/06/2020
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