Un patrimonio a aprovechar




El anuncio se hacía al hilo de la visita al propio lugar del diputado provincial de Patrimonio Miguel Ángel Valero: la corporación a la que pertenece llevará a cabo, mediante una inversión de 285.000 euros, una intervención en Segóbriga que consistirá por un lado en la diferenciada reconstrucción en madera de la “summa cavea” de su anfiteatro, es decir, la parte más elevada de su graderío, la en su día destinada a la plebe, ubicada en su cara sur, aumentando así su capacidad en más de un centenar de plazas y con ello la posibilidad de un mayor aprovechamiento para actividades socioculturales, y por otro reconstruirá el plano de la fachada meridional del foro reproduciendo las líneas principales de sus elementos, en una doble actuación que Valero –recordemos que él mismo arqueólogo de profesión– indicaba que se acometerá de forma no intrusiva con los restos y con un carácter reversible, en un planteamiento en el que por tanto, cual de inmediato salta a la vista, se alían el interés puramente científico, puramente arqueológico, del yacimiento con el aumento de su aprovechamiento como recurso turístico, y por tanto económico, para la zona. La iniciativa merece sin duda el aplauso por cuanto significa un paso más en ese aprovechamiento de una riqueza patrimonial de clara importancia para nuestra provincia a la que a este comentarista le parece que no acabamos de sacarle todo el rendimiento que cabría quizá porque no acabamos de gestionar bien, lo suficientemente bien, su oferta y su posterior puesta a disposición de sus potenciales visitantes en cuanto a lograr que los beneficios económicos de ese su uso turístico redunden en el global de la provincia pero especialmente en los municipios donde se localizan sus focos de interés. Y habría, habría que ponerse más a ello aunando el hacer de las distintas administraciones –y teniendo en cuenta especialmente los intereses y la experiencia sobre el terreno de los propios ayuntamientos afectados– para la mejora del aprovechamiento del potencial de un patrimonio especialmente puesto además, por fortuna, de relieve en los últimos tiempos ante la opinión pública, nacional y hasta internacional, en los medios de comunicación a propósito del valioso mosaico romano y demás atractivos de la villa romana de Noheda. Un hacer que debería conseguir que –se le ocurre, por ejemplo, a uno sin ser precisamente experto en estos temas– mediante un cuidadoso e inteligente planteamiento de las vías y medios de acceso a los diferentes lugares, sus visitantes no se limitaran a un voy directo, lo veo y me vuelvo, sino que sus recorridos casi les “obligaran” a transitar por las localidades inmediatas y detenerse en ellas para en ellas disfrutar de unas ofertas, pongamos por ejemplo que artesanales o gastronómicas o incluso residenciales que dejaran a sus vecinos unos beneficios que ahora en muchas ocasiones se les escapan. ¿O no?

Artículo publicado en Las Noticias de Cuenca en la edición impresa el viernes 10 de julio de 2020 y en la edición digital

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