Ciudades y periódicos

 

                                                                                                Imagen tomada de internet


Espero que la profesora Belén Galletero me perdone el casi robo para encabezar hoy mi semanal entrega del título de su libro “Ciudades sin periódico. Auge y declive de la prensa provincial de Castilla-La Mancha” de cuya reciente aparición se hacían eco hace ahora siete días las páginas de este semanario, un trabajo en el que la docente de la Facultad de Comunicación ubicada en el campus de la Universidad de Castilla La Mancha en nuestra capital analiza la involución de la prensa en nuestra Comunidad Autónoma, una involución de la que tan testigos directos hemos sido por estos nuestros provincianos lares en una cadena de adioses y despedidas que fue llenando de cadáveres de papel las cunetas. Adiós hubo que darles sucesivamente, por centrarnos tan sólo en el periodo que se abrió tras la finalización de la Guerra Civil, tanto al viejo Ofensiva y a su rebautizada continuación como Diario de Cuenca –y desde luego a sus efímeros antecesores Cara al sol y Unidad– como a sus sucesores, a Nuevo Diario, a El Correo Conquense, a Global Castilla La Mancha y a revistas como El Banzo y Gaceta Conquense, de cuya sucesiva desaparición hube de ser, como tantos supongo de ustedes,  desolado testigo. Unas despedidas cada una de las cuales iba dejando más y más herido el derecho a la información de nuestro más próximo día a día como grupo social, en un desolador proceso que se haya repetido en tantas otras partes no es desde luego consuelo, que ya saben eso del mal de muchos…– que si bien se inscribe en el marco general de una situación que alcanza al propio mapa periodístico nacional e incluso internacional, a uno le parece que afecta especialmente a nuestro propio ciudadano y democrático cotidiano vivir, cada vez, así, más huérfano del conocer lo nuestro más cercano por estas zonas del país en las que, además –conscientes debemos ser de nuestro colectivo mea culpa–  los medios impresos locales o regionales no tuvieron nunca el arraigo del que sí gozaron, y aún en buena medida siguen gozando, por otras zonas del Estado. Demos gracias, eso sí, a los numantinos medios que resistentes, contra viento y marea, aún nos acompañan, tanto este semanario como nuestro fraternal rival La Tribuna, por su empeño en continuar cubriendo esa laguna acompañados, gracias también a ellos, por las por fortuna numerosas, ellas sí, publicaciones digitales que también nos brindan, como aquéllos en sus diarias ediciones en la red, ventanas a nuestra actualidad junto a los medios audiovisuales. No sabemos bien –por lo menos este modesto opinador no lo tiene nada claro– por donde acabarán discurriendo los caminos de la información aunque bien parece que en su mayoría discurrirán por la internética galaxia, pero ojalá lo puedan hacer sin dar totalmente de lado el tan cálido aquí estoy que durante tanto tiempo nos brindaba, y ojalá siga, a como sea, haciéndolo, el papel impreso; esa información en papel que siempre nos ha otorgado una información más propicia para la reflexión y el aprovechamiento de sus contenidos en gracia a sus posibilidades de pausada y detenida relectura. Y por cierto, ¿no creen que tan gallarda postura merece que les apoyemos más, pero bastante más, de lo que lo hacemos?

Artículo publicado en la edición impresa de Las Noticias de Cuenca del viernes 19 de febrero de 2021 y en la edición digital 


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