Aprovechar o no la ocasión
Parece claro que pese a
la progresiva vacunación de la población el próximo curso escolar aún tendrá
que, al menos en su arranque, seguir desarrollándose en ciertas condiciones de
excepcionalidad lo que en principio significará probablemente, junto al mantenimiento
del uso de las mascarillas y la distancia interpersonal, la prórroga, al menos
en una primera etapa, de la contratación de parte del profesorado adicional que
precisamente por la pandemia se incorporó a sus plantillas a lo largo del
actual. Sin embargo uno de los principales diarios de ámbito nacional publicaba
estos días un reportaje –realizado mediante entrevistas a los responsables educativos
de una docena de nuestras Comunidades Autónomas– en el que, aunque sin citar casos concretos, se señala que una
vez que la crisis sanitaria se dé por superada o al menos mejore
sustancialmente, esos ejecutivos autonómicos estarían pensando en prescindir de
buena parte de esos docentes de refuerzo contratados para reducir el número de
alumnos por aula y permitir los desdobles a los que obligaron los protocolos
higiénico-sanitarios porque, según se dice textualmente en el mencionado diario
“a pesar de que los principales sindicatos, asociaciones de directores y de
familias han pedido mantenerlos como una forma de mejorar la calidad del
sistema, las Comunidades lo consideran, en general, presupuestariamente
insostenible”. Y, peor aún: si bien algunos de esos responsables afirman que su
idea sería mantenerlos hasta final de curso mientras otros apuntan que podría
hacerse por unos meses –y repitamos,
para que todos lo tengamos bien clarito, que la educación depende de las
autonomías– también señalan que la idea
siempre habría sido “que eran puestos con fecha de caducidad”. Bien,
vale, puede ser que desde el punto de vista económico tengan, desde luego, tal
y como están las cosas, sus razones –y
de paso, ¿qué tal si los medios castellano-manchegos les preguntáramos a los
nuestros qué planean a este respecto?–
pero,… ¿no nos hemos cansado de repetir por activa y por pasiva que tanto en lo
referente a la sanidad como a la educación las cosas tienen, y mucho, que
cambiar? Pues hagámoslo: busquemos el dinero bajo las piedras fiscales o
gestionales o donde demonios sea y mantengamos al menos ese aumento de
plantillas y no con carácter precisamente provisional sino permanente. Porque,
aunque por esos mismos responsables –siempre,
ya les digo, según el reportaje del señalado diario– se argumente que con la caída del alumnado que se vendría
produciendo y a su juicio se agudizaría en próximos cursos ocurriría que “solo
con mantener el número de profesores ya se mejore la ratio de alumnos por aula”
y añadan que la gran apuesta pasaría por “desarrollar la Formación Profesional
y el primer ciclo de Infantil, lo que exigirá concentrar las contrataciones en
estas dos etapas, además de en ampliar los programas de refuerzo PROA para
alumnos con dificultades, que también financia el ministerio” la comunidad
educativa bien querría, pero más que seguro, que esa materialización en este
curso de esa su reivindicación histórica de reducción de las ratios no tuviera
vuelta atrás. Pues a por ello ¿no? A exigirlo.
Artículo publicado en Las Noticias de Cuenca edición impresa del viernes 30 de abril de 2021 y en la edición digital
Comentarios
Publicar un comentario