Premios y carencias
Foto Saúl García. Cortesía de Las Noticias de Cuenca
Por novena ocasión
consecutiva la Biblioteca Pública Municipal de Villar de Olalla ha figurado
entre las galardonadas –en este caso concreto por su proyecto “Lee, actúa y
conciénciate ¡jugando!”– en la Campaña
de Animación a la Lectura María Moliner convocada por el Ministerio de Cultura
y Deporte en colaboración con la Federación Española de Municipios y Provincias,
en un nuevo ejemplo de un historial de excelencia que ya le supuso la concesión
de la Medalla al Mérito Cultural a la Creación Literaria, Edición y Fomento de
la Lectura de la administración autonómica castellanomanchega. Aparte de la
lógica felicitación a sus usuarios y a su responsable Juan José Alfaro tanto
por sus distinciones como, sobre todo, por una trayectoria que ha hecho que en
una población de menos de mil quinientos habitantes más de setecientos usen un
servicio que por ejemplo ha promovido la existencia de cinco clubes de lectura
con adultos, infantiles y jóvenes, lo que convierte a esta población en el
tercer municipio con mayor número de clubes de lectura de la provincia de
Cuenca, déjenme que aproveche tan satisfactorio hecho para, en primer lugar, resaltar
la importancia de estas entidades públicas potenciadoras de la tan
imprescindible cultura del día a día, pero también para dejar constancia de que
por desgracia –y por encima del encomiable y aplaudible esfuerzo cotidiano de
sus responsables– estas entidades públicas no están en general en su mejor
momento en lo que a la atención a sus necesidades reclama. Pese a que la
mismísima Ley de Bibliotecas de Castilla la Mancha bien claro subraya ese su
valor cuando, tras afirmar rotunda que “Lectura y democracia van siempre de la
mano. Leer nos enriquece puesto que amplía nuestro saber y nuestros
conocimientos. Y conocer, el estar informados, nos hace más libres y nos
permite percibir con más claridad nuestro entorno y, de esta manera, comprender
mejor a quienes nos rodean” puntualiza que “El acceso al conocimiento es la
clave para el desarrollo personal, social, económico y cultural del individuo y
el dominio de la lectura es la herramienta indispensable para garantizar el
aprendizaje continuo de la ciudadanía”, el caso es que, aun cuando el Mapa de Bibliotecas
de Castilla la Mancha –el principal instrumento de planificación bibliotecaria para
evaluar los recursos existentes y las necesidades de Red de Bibliotecas
Municipales– señala que como mínimo deberíamos invertir anualmente diez mil
euros para libros en ellas (aparte de audiovisuales y prensa), sin embargo, por
ejemplo y sin ir más lejos, las tres bibliotecas municipales de nuestra capital
sólo tendrían hoy por hoy cinco mil de presupuesto para todas, y hace ya tiempo
que funcionan con presupuesto cero tanto para actividades como para mobiliario
por no hablar de una casi nula inversión
en infraestructuras y mantenimiento y de su escasez de personal, una situación
que mucho hay que temer que acabe llevando a que poco a poco los ciudadanos nos
olvidemos de ese su decisivo papel como agentes y dinamizadores culturales y de
su potencial capacidad de llegar a todo el mundo al prestar sus servicios a
toda la población de manera gratuita sin excepciones. Una situación que reclama
de las administraciones que le pongan pronto y eficaz remedio.
Artículo publicado en la edición impresa de Las Noticias de Cuenca el 23 de julio de 2021 y en la edición digital
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